sábado, 22 de mayo de 2010

Vete a un lugar solitario.

Inspira.
Espira.
Vuelve a inspirar, más profundamente.
Exhala el aire lentamente.
Toma una bocanada de aire como si fuese la última vez que vas a poder hacerlo. Siente cómo se hinchan tus pulmones, cómo se contrae tu diafragma. Sigue hasta que no puedas más, hasta que creas que vas a estallar.
Ahora llega lo mejor.
Ahora GRITA.
Expulsa con el aire todas tus preocupaciones, tus problemas cotidianos, tus agobios, tu estrés.
Grita hasta que se rompa tu voz.
Ahuyenta a tus demonios a gritos.






En caso de que no funcione al primer intento, repetir cuantas veces sea necesario.
Especialmente indicado para personas sometidas a situaciones de tensión para evitar comportamientos violentos, llantos incontrolados, ataques de ansiedad, alteraciones del apetito, delirios y trastornos del sueño.
Efectos secundarios: Afonía durante un par de semanas.
Sin receta médica.

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